viernes, 18 de diciembre de 2009

II Evaluación



En el texto Multiculturalismo, cine y medios de comunicación fácilmente percibimos la crítica al eurocentrismo y a sus tácticas de dominación a través de las artes, en esta oportunidad, a través del cine. Al referirnos a “eurocentrismo” estamos hablando de Europa como centro, en el texto se hace alusión a diversos “tropos del imperio” empleados a nivel cinematográfico, una vez conocidos estos tropos nos damos cuenta de la constante, y aun más lamentable, de la efectiva dominación que se ejerce en la mentalidad de los espectadores, afirmándose prácticamente a ellos (europeos) como centro y al resto como eso, simplemente el “resto”. Esto si se quiere, lo podemos relacionar con “las geopolíticas del conocimiento y colonialidad del poder” en la entrevista que hace Catherine Walsh a Walter Mignolo, donde se desarrolla el tema del poder, del conocimiento ubicado en un lugar especifico, funcionando como la economía.

Vemos entonces, que a lo largo del tiempo la historia Europea ha mantenido esa imagen de dominación, de poder sobre el “resto” y esto se ha visto reflejado en diversos ámbitos incluyendo en las artes. Así, en el cine a través de los tropos: tropo de la infantilización, tropo de la animalización, tropo espacial, tropo luz/oscuridad y la raza como tropo, observamos como Europa lucha por implantar y mantener una imagen de superioridad, valiéndose de un perfil del descubridor como héroe, que llega a territorios desconocidos a valorar las riquezas que allí se encuentran, y reflejando por ende a los habitantes de dichos territorios como salvajes, desconocedores del valor de lo que poseían, justificando su dominación sobre estos individuos y sobre estos territorios.

Como se señaló anteriormente, los tropos funcionan como herramientas que permiten la dominación de Occidente y su difusión como centro superior. Ejemplos claros de esto es cuando en una película se asocia directamente al colonizado con un comportamiento salvaje, animal… “El discurso colonialista/racista hace que la libidinosidad incontrolada de los colonizados, su carencia de vestiduras apropiadas, el parecido de sus chozas de baro con un nido y sus guaridas les conviertan en bestias salvajes”ˡ (tropo de la animalización). Por otro lado, con el tropo de la infantilización se trata de transmitir una imagen poco capaz de los colonizados, se busca que sean vistos como “menores” poco preparados, seres inconscientes políticamente, económicamente, socialmente....

Otro ejemplo que podríamos tener en cuenta es la imagen pura y casta de la mujer blanca, víctima de los abusos de un hombre de piel negra, mientras que la india (mujer latinoamericana) es presentada como bomba sexy, desesperada por ser poseída sexualmente. También la presencia de una escases de parejas de blancas y negros (el tropo de la raza). La representación de personajes no occidentales interpretados por occidentales que tienen que maquillarse la piel de color, en fin, los ejemplos sobran.

Europa ha sido formadora de estereotipos a través de los poderes de los medios de comunicación, que han sido imitados a lo largo de los tiempos y que han logrado influir y formar una conciencia que se inclina a occidente.

Todo lo planteado, no sólo ocurre a nivel cinematográfico, también se refleja en otros ámbitos artísticos. Pero la conclusión apunta al mismo punto, el conocimiento se ha logrado mantener concentrado y de allí se disparan diversas consecuencias que influyen en el terreno de las artes. Desde ese punto de concentración, por llamarlo así, emanan ideas preconcebidas que ya han sido asimiladas y aceptadas en el terreno de lo no occidental. Occidente transmite una imagen del “resto” desde un punto de vista propio, manteniendo la superioridad de la raza blanca, buscando claro, mantener su imagen poderosa, conocedora y capaz. La lucha entonces seria por cambiar esto, por aceptar las diversas culturas y resaltar la importancia que guarda cada una de ellas en la formación de lo somos hoy.

Desde el punto de vista artístico cada aporte es relevante, existe una necesidad de desligarse de la imagen del poderoso, del que provee y darle rienda suelta y cabida a lo no esperado, buscar un vuelco a esos estereotipos creados, que no es que no existan, sino que a veces no son tomados en cuenta precisamente por esa conciencia ya implantada por occidente.

Hoy en día, no hay reglas que respetar, no hay cánones, lo que sí hay es esa imagen ya absurda de seguir estancados en un recuadro creado por una cognición enlatada. Sigamos en la lucha, como artistas, que unos ya han emprendido y busquemos destapar esa lata, para así apuntar a creaciones autónomas de cada cultura, de cada país, de cada persona, sin necesidad de hacer las cosas de una manera ya establecida, influenciados por ideologías de otros o dirigidos por parámetros ya “aceptados” comercialmente, socialmente etc. Se trata de producir a partir de otras fuentes, que es precisamente una de las dificultades que nos presenta Mignolo con respecto a las geopolíticas del poder.




ˡ Ella Shohat y Robert Stam. M. Multiculturalismo, cine y medios de comunicación. Editorial Paidós. 2003. Madrid-España.

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